Cruel e implacable es el pasado con nosotros,
Egoísta y tacaño a la hora de mostrársenos,
Ave de carroña que recoge nuestros restos,
Pepenador nómada vagando por nuestras memorias,
Soberano de la niebla y poseedor de reinos en ruinas,
Triste pero poderoso,
Dueño de reliquias y secretos enterrados en su suelo,
Desafortunados somos cuando hemos olvidado algo en su territorio;
Pues imposible nos resultará recuperarlo o siquiera encontrarlo,
Todo erosiona, desgasta, cubre, contamina,
Imprudente es pisar su suelo pensando que aún somos propietarios de él,
Más vale saber que lo que fue nuestro ahora le pertenece,
Y por más injusto que nos parezca,
Aquello que nosotros construimos, inventamos, trabajamos, amamos, vivimos
Dejó de ser para ser él
Sólo nos concede una piadosa, pero mediocre y burlona fotografía,
A veces nítida, a veces borrosa,
Efímero crédito nos da la vida por el día de ayer
Gran gracia nos ha sido regalada el día de hoy
Total incertidumbre azarosa para el día de mañana.
